ADIOS ESPAÑA, HOLA CATALUNYA…
Por Diego Arcos.
Esta es una historia que comenzó hacen casi tres cientos años, cuando un antepasado del Borbón que reina en España, logró derrotar a la nación catalana, entrando a sangre y fuego en Barcelona. Éxito militar que no hubiera sido posible sin la colaboración de Inglaterra, que tal como mandan sus tradiciones, traicionó a las autoridades catalanas, vendiendo a la corona hispana el armamento adquirido por los defensores de la ciudad condal.
Señores esto se acaba. La mayoría de los catalanes están dispuestos a independizarse del Reino de don Juan Carlos 1º y, por fin, reconstruir las instituciones anuladas repetidamente en estos tres siglos. La última vez, en 1939, cuando el país de Serrat fue humillado y aplastado mediante un genocidio, por las fuerzas del fascista general Franco.
La Transición española, agotada…
Cuando murió Franco, en 1975, quien cumplió su juramento de morir matando, asesinando a tres militantes con el garrote vil, el instrumento utilizado por la santa Inquisición, nosotros estábamos ocupaditos, entre la huelga general contra el rodrigazo, la batalla de monte chingolo y los crímenes de López Rega y la triple A.
Con el cadáver del dictador comenzando a pudrirse, también salió a la realidad la descomposición del único régimen fascista triunfante del mundo, que no sólo triunfó, sino que se mantuvo 45 años en el poder.
Su delfín, el ultra católico Carrero Blanco, había ascendido a los cielos, por el expeditivo sistema de los explosivos justicieros de los patriotas vascos, quienes en un alarde de realismo feliniano, para matarlo hicieron volar su coche blindado por encima del tejado de un monasterio, yendo a caer, justo delante de la sacristía.
Ante semejante irrupción de la historia y de las masas populares, hartas del fascismo y contagiadas del vecino mayo francés del 68, los mandamases de uniforme, los de sotana y los de traje burgués, transaccionaron una transición a la democracia, que dejara todo tan bien atado como lo había anudado Paquito el de Vigo, generalísimo por la gracia de Dios.
Esto significó crear un estado de las autonomías, que diluyera las naciones históricas, especialmente Euskadi y Catalunya, que disponían de instituciones de autogobierno fundadas mil años antes que existiera el reino de España, equiparándolas con “autonomías” como la de Madrid o las colonias africanas de Ceuta y Melilla.
De eso han pasado más de tres décadas, el invento ha funcionado, especialmente para Madrid. Catalunya pasó de ser la cuarta región más rica de Europa a la actual posición número 39.
Los catalanes y las catalanas, incluyendo un 20 % de extranjeros, entregan 23.000 millones de euros en impuestos al reino de España, casi 3.000 euros por cada catalán, ya sea un recién nacido o un octogenario, ya sea un inmigrante sudaca o un catalán nativo.
Las empresas catalanas y sus propietarios están hartos de perder dinero con infraestructuras obsoletas, la red ferroviaria de Catalunya tiene los mismos kilómetros que en 1900, Madrid construyó un tren bala a Sevilla, dejando desconectados con Europa por tren los puertos de Barcelona, Tarragona y Valencia.
Y la lista puede seguir, relatando las causas para que el 80 por ciento de los sectores sociales catalanes, desde la clase obrera inmigrada hasta sectores de las grandes empresas, estén hartos de España.
Y entonces llegó Zapatero con sus promesas electorales.
El PSOE gobierna en Madrid con los votos de los 25 diputados catalanes. Sin ese caudal electoral, seguiría en el gobierno el protofascista Partido Popular.
Como los políticos a la hora de hacer promesas electorales, no se cortan un pelo, Zapatero prometió que aceptaría una reforma del estatuto de autonomía, tal como la decidieran los catalanes. El estatuto es la norma que regula el funcionamiento del gobierno autónomo y su relación con el reino.
Como en Catalunya los negocios siguen haciéndose confiando en la palabra, los catalanes cometieron la inocentada de creerle y catalanamente, se pusieron manos a la obra.
Redactaron un nuevo estatuto, lo sometieron a votación en el parlamento autonómico, donde obtuvo el 90 % de los votos, luego a un referéndum oficial y vinculante donde también fue aprobado con el voto popular, siguió el periplo institucional siendo aprobado por los diputados de las cortes reales de Madrid y…
El PP presentó un recurso de inconstitucionalidad, el PP y otro el defensor del pueblo Mújica, ante el tribunal constitucional, reclamando se anulara todo lo aprobado.
El tribunal constitucional no tiene ninguna instancia superior en España, lo que dice, va a misa. Los jueces se tomaron sus cuatro años para deliberar y anularon el estatuto votado y recontra votado en todas las instancias.
Especialmente se anula el reconocimiento de que Catalunya es una nación y sus habitantes disponen de la identidad catalana, se somete a la lengua catalana l nivel de dialecto provincial y se elimina las pocas ventajas económicas del gobierno autonómico.
Hablando en criollo, se pudrió todo.
DEMOCRACIA DIRECTA, MOVILIZACION POPULAR, LUCHA PACIFICA
Las organizaciones civiles catalanas no esperaron cuatro años, ya en el 2007 se empezaron a movilizar, afirmando lo que el Tribunal constitucional niega: que Catalunya es una nación y que tiene derecho a decidir por si misma.
Se creó la Plataforma por el derecho a decidir, que puso en la gran via de Barcelona a 700.000 personas, detrás de ese lema: somos una nación y tenemos el derecho a decidir.
La cosa siguió. el 13 de septiembre del 2009, en un pueblito de la costa catalana, Arenys de Munt, con apenas 6.000 pobladores, decidieron hacer un plebiscito privado, preguntándole a los vecinos si querían seguir en España o si querían independizarse y ser un estado de la Unión Europea. LO que hacia ese poblado intrascendente encendió la ira del gobierno, quien desde Madrid intento evitar que el vecindario concurriera al Centro Moral y Recreativo del pueblo a poner un papelito en una urna.
El 97 % de los votos apostaron por la Independencia. El ejemplo se extendió y estas consultas se están realizando a lo largo y ancho de toda la geografía catalana. Se han movilizado más de 60.000 voluntarios, organizando una administración electoral paralela, pero rigurosa, con observadores internacionales y cumpliendo escrupulosamente los criterios legales.
Y EN PAZ, la movilización “separatista” catalana, a diferencia de la de los vascos, es totalmente pacifica. Además de democrática, dispone del arma de la paz. Esto otorga a los catalanes una autoridad moral y un argumento que en las Españas y en el mundo es irrebatible.
Y LLEGO LA SENTENCIA, del Tribunal Constitucional, exactamente el 9 de julio.
Al día siguiente, un millón y medio de catalanes, el 20 % de la población, salió a la calle, de forma totalmente pacifica, a decir, somos una nación, nosotros decidimos.
El gobierno del PSOE catalán tuvo que sumarse y participo, hasta que la silbatina y los gritos enfurecidos les recomendaron retirarse de la manifestación más multitudinaria de la historia de Catalunya y una de las mayores de la historia de España.
Como un clavo saca a otro, un tribunal hace callar a otro. Porque Catalunya está en Europa… y Kosovo también.
Hoy, 22 de julio, la historia cambió para los que viven en el viejo continente y mucho más aun ha cambiado para los catalanes y los vascos.
El Tribunal Internacional de Justicia, por encargo de la ONU, ha dictaminado que ninguna legislación internacional puede impedir la independencia de un pueblo, que las fronteras se deben respetar tan solo, cuando se trate de conflictos inter estatales, pero que si se trata de un conflicto interior, por el derecho a la autodeterminación, nada puede impedir el ejercicio a separarse y a formar un nuevo estado.
Esta sentencia del tribunal internacional se refiere específicamente a la República de Kosovo, que se independizó de Serbia, el residuo de Yugoslavia, mediante un plebiscito vigilado por la ONU y la Unión Europea.
Serbia, Rusia y España reclamaron a la ONU que eliminara esa independencia, por ello se requirió una sentencia que le ha dado la razón a los kosovares, pero que también habilita jurídicamente a realizar plebiscitos o referéndums de independencia en Europa.
ESTO SE ACABA…
La sociedad catalana estaba pendiente de esta sentencia y hoy se festejara con cava, el champan tradicional catalán, como se celebró la muerte de Franco.
La España que hemos conocido en las tres últimas décadas llegará a su fin en poco tiempo.
El Reino de España vive su crisis económica más dura, la Unión Europea, con Alemania por delante, están cansados de poner y poner pasta en el barril sin fondo español.
Y los catalanes, comerciantes milenarios, ya han preparado su oferta.
Si con España pierden 23.000 millones de eurillos, le ofrecerán a Alemania poner la mitad de esto a cambio de que se reconozca su Independencia.
Una oferta imposible de rechazar para las arcas germanas también ahogadas por la crisis capitalista.
Entre seguir poniendo dinero de la Unión, para una economía ineficaz ( el nivel de productividad español retrocedió al de Grecia y Portugal) o para las aventuras empresariales gallegas en Latinoamérica, (como la de Marsans en aerolíneas, que se comió 170 millones europeos) o recibir 10.000 millones de los catalanes, la decisión esta clarita.
Ya sea por la economía o por la movilización pacífica y democrática, se puede prever en un horizonte próximo, una república catalana, que recuperará para esta nación milenaria una cuarta parte de la economía hispana.
INTERESANTE PARA LA ARGENTNA:
En su última visita de estado a España, la presidente Fernández visitó Catalunya oficialmente. Es la primera vez en dos siglos de república que un mandatario de nuestro país llega al palacio de la Generalitat, el gobierno catalán.
No sé si la Sra. Fernández olfatea algo. Su buen amigo el ex canciller Bielsa conoce al dedillo el patio catalán y su historia, la habrá asesorado? Yo no lo sé, pero en cualquier caso, ha sido un golazo.
Cuando el estado catalán independiente solicite el reconocimiento de la República Argentina, podrá ofrecer el voto de sus diputados al Parlamento Europeo para dar apoyo a los reclamos argentinos por Malvinas, podrá ofrecer la renegociación de todos los contratos de las empresas catalanas que han “invertido” en tierras pampeanas y otras moneditas de negociación, a cambio del reconocimiento del derecho a ser libres.
Según una encuesta del diario conservador de Barcelona, La Vanguardia, los catalanes votarían mayoritariamente por la independencia, si mañana se realizara un plebiscito. Hace tres años este porcentaje no llegaba al 15 por cie Como dice la canción de Serrat, harto ya de estar harto ya me cansé… Chau España.
Diego Arcos