Cuando los españoles cruzaban a Africa
En los años 50 miles de canarios se jugaban la vida para huir del franquismo y del hambre; muchos llegaban a Senegal y a Liberia donde trabajaban un tiempo antes de partir a América latina
SANTA CRUZ DE TENERIFE (AFP).— Miles de canarios que huían del franquismo y del hambre se jugaron la vida al cruzar el Atlántico en los años 50 para entrar, de manera clandestina, a Venezuela. Pero antes, muchos se refugiaban meses o años en Africa, continente del cual ahora parten los "sin papeles" que arriban sin cesar a las costas canarias.

Entre 1948 y 1958 unos 70.000 canarios se hicieron a la mar, en barcos vetustos, sin pasaportes ni equipaje.

"Mi padre se fue para allá en los años 50. Tenía unos 30 años. Era un aventurero, y en esa época Venezuela era como El Dorado", relató Luis Carlos Espinosa, un canario nacido en 1955 en Venezuela y "retornado" a España a los siete años.

Algunos refugiados políticos fueron acogidos por países africanos como Liberia y Senegal, y allí trabajaron hasta reunir suficiente dinero para partir a América latina.

Fue el caso de Juan Sánchez Díaz, que se evadió de Tenerife en 1936 y se asiló en Dakar, donde junto a otros "fugitivos" de la dictadura franquista se dedicó a la pesca para enviar dinero al frente republicano. Su hijo Juan Carlos cuenta que se reunió con él en Liberia en 1944, y allí vivieron cinco años antes de partir a Venezuela.

Barco con motor de auto. Uno de los primeros barcos que zarpó de Canarias en 1948 estaba equipado con el motor de un automóvil, y llegó a Dakar, explicó el historiador Ricardo García Luis, autor de dos libros sobre el "Telémaco" y "La Estrella Polar", dos buques que zarparon a tierras venezolanas.

En Senegal los pasajeros trabajaron tres meses "hasta que asaltaron un barco que venía de Las Palmas y que llevaba contrabando" y con él partieron a Venezuela, donde la prensa de entonces publicada titulares como el siguiente: "Apresados en Venezuela 160 inmigrantes ilegales canarios".

Los españoles conseguían trabajo rápidamente en Africa, a diferencia de lo que ocurre actualmente con los africanos indocumentados en España. Más de 25.000 africanos llegaron a Canarias este año en precarias barcazas.

"Toda la flota de pesca canaria de la época, que estaba atrasada totalmente, fue vendida a gente que especulaba con la necesidad y la miseria, y que organizaba una serie de viajes donde metían a todos los que podían", a veces hasta 300 personas en una pequeña embarcación.

Barcos fantasmas. Los barcos desaparecían de las islas y nunca regresaban, por lo que fueron bautizados como "buques fantasmas".

Generalmente no tenían instrumentos de navegación, sus tripulaciones eran inexpertas y los pasajeros debían alimentarse con podridas, gofio con gusanos y garbanzos con gorgojos.

Según García Luis, el cruce del Atlántico podía durar hasta tres meses.

"Hay gente que partía hacia Venezuela pero llegaba a Brasil, otros se metían por el Amazonas para adentro y no sabían ni dónde estaban", indica García Luis.

La travesía de 36 días del "Telémaco" es legendaria.

Con capacidad para unas 20 personas, partió en 1950 con destino a Venezuela con 171 pasajeros a bordo, y sobrevivió milagrosamente a una gran tormenta con olas de más de 15 metros.

"Viene un temporal tan horroroso que al barco lo deshace completo, la borda la rompe, todo se destroza, todos los víveres desaparecen, toda el agua desaparece, y durante 10 días las 171 personas quedan en altamar, hasta que llegan a Martinica" y luego al puerto venezolano de La Guaira, recuerda García Luis.

Las décimas escritas por el sobreviviente Manuel Navarro Rolo a su arribo a La Guaira son más que elocuentes.

"Gracias a Dios que llegué/a un país rico y potente/donde se toma imponente/el más sabroso café/A donde el pobre se ve/vestido como un caballero/buen zapato, buen sombrero/buen carro para pasear/y el que quiso trabajar/nunca le faltó dinero".