ARTISTAS CATALANES ENGAÑAN A UN ARGENTINO...
Mordisquito, Tango para tres voces y un fantasma, obra de teatro musical que une de manera extraordinaria a Enrique Santos Discepolo, quizás el más grande autor de tangos de la historia con el también genial y cáustico Charles Dickens.
Ambos autores con sus obras marcaron un antes y un después, atacando con el filo de sus plumas la injusticia y la miseria capitalista sobre sus respectivos pueblos, el de la Argentina de mediados del siglo XX y de la Inglaterra victoriana.
La compañía Teatre de Part nos ofrece la obra “Mordisquito, Tango para tres voces y un fantasma” una simbiosis entre el célebre y filosófico tango “Cambalache” y la novela “Canción de Navidad”
Tres cantantes de tango se encuentran en el tradicional conflicto entre cobrar una buena suma alquilando sus voces y renunciando a sus principios.
Los clientes y un contrato suculento les impone una sola cláusula: no cantar el tango Cambalache, dado que su público podría sentirse aludido.
A través de la fábula de Dickens, se les presenta el fantasma de Discepolo, sumando su pesimismo crítico a las cavilaciones que dividen al trio de novelas tangueras.
La obra combina teatro de texto con un musical exuberante y voces de doble personalidad, alternando dicción argentina y tanguera con un texto en catalán con expresiones que honrarían a Pompeu Fabra.
El público presenciará la mitad de los artistas, dado que la otra mitad está en los autores de letras, coreografía y músicas, que han triunfado en la osadía de unir a dos genios de los textos en un género que se le presume banal: el teatro musical.
Una escenografía minimalista y muy eficaz para ofrecer dos espacios temporales y una coreografía dinámica (incluidas hilarantes sorpresas) que no pierde el ritmo al pasar de Discepolo a Dickens.
La continuidad del relato escénico se apoya en una serie de proyecciones de Evita y de Perón y registros de los programas de radio de Discepolo arengando a sus oyentes en vísperas de la segunda elección del General, cuando se estrenara el voto femenino y que el líder popular ganó por goleada.
El discurso político discepoliano ubica hábilmente al espectador en esa realidad histórica en la que fue parido “Cambalache”. Una combinación equilibrada de datos históricos, mucho humor y maestría del personal en tablas que incluye a un virtuoso pianista.
Confieso que me acerqué al Tantarantana con cierta animadversión, ¡catalanas cantando tango! Y de Discepolo…
Creo que si insisten podrían obtener pasaporte de Buenos Aires, pero lo que más me cabreó fue que me creí que el actor de Discepolo era argentino…
NO se la pierdan, estará en cartel hasta el 12 de enero.
DJA
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